jueves, 9 de mayo de 2013

No me gustan las Apple Stores

Me encanta Apple. Tuve mi primer iPod la última semana de 2005, quise un iPhone desde que empezaron a circular los rumores sobre su existencia, tuve un segundo iPod Nano a la vez que un MacBook Pro en 2010 y finalmente mi soñado iPhone en 2012. Admiro muchas cosas de la compañía y de sus productos, pero no soy para nada lo que se conoce como fanboy de Apple. 


Lo curioso es que mucha gente, fanboy o no, adora las Apple Stores. Es cierto, que abrieran una en Valencia, por ejemplo, me hizo ilusión, pero vaya, son tiendas tontas. Vista una, vistas todas. Sí, lo mismo podría decirse de Zara o H&M, pero al menos en estas últimas te pruebas cosas. En las Apple Stores puedes probar los productos, pero, para empezar, tienen pocos. El catálogo de productos físicos de la compañía de Cupertino no es que sea increíblemente extenso, y las tiendas acaban limitándose a ser mesas en las que varias copias de sus principales productos están a mano para que cualquiera pueda toquetear y manosear a placer. Y nada más.


Para alguien que quiere descubrir los gadgets y ordenadores de Apple puede estar muy bien, pero la gente que más suele adorar estas tiendas es precisamente la que menos necesita esa parte de la experiencia. Así que no entiendo por qué les vuelven locos. Debo decir que la decoración normalmente es agradable y, sobre todo cuando se trata de significant stores (emplazadas en edificios señalados), pueden ser preciosas arquitectónicamente, pero no tienen nada interesante. La mayor parte del tiempo están a rebosar de gente, toda esa gente hace que la tienda sea ruidosa y el olor a humanidad no ayuda a mejorar la experiencia. 

Desde el punto de vista empresarial, son una idea excelente que funciona de maravilla (no hay más que ver la cantidad de personal que tiene hasta la más pequeña de estas tiendas). Pero como cliente, no me gustan. En el último mes he estado en varias de dos países diferentes, porque mi novia ha tenido problemas con sus iPhones (sí, en plural: tuvo el primero hace seis semanas y ya se lo han cambiado dos veces xD) y, además de que todas me parecen iguales, ni el personal me ha resultado nunca extremadamente simpático, ni la experiencia al entrar es excelente ni el ambiente invita a quedarte. Como si siempre que fueras a un Starbucks fuera hora punta y no hubiera manera de estar tranquilo entre el ruido de las máquinas de café, la gente pasando y los adolescentes gritando. 

4 comentarios:

  1. Esto es lo que se llama imagen de marca, ¿no? No valen para nada en realidad, solo para hacer bonito.

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  2. Ojo, que por lo que sé, que es bien poco, hay que pedir cita por Internet antes de ir a algunas de ellas porque hay tanta gente que no pueden atenderte. Yo es que lo flipo.

    Besis!!

    Pdta. Qué te veo... que te veo... que te estoy viendo!!!!!

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  3. Si la última vez que estuvimos el dependiente nos decía que en la Genius Bar atendían cinco veces más de gente de la que deberían. Una locura.

    ¿Megagalleta? xD

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